Izquierda Unida Castilla-La Mancha

Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres – Manifiesto del 28 de mayo

Toledo, 28 de mayo de 2021.

El derecho de las mujeres a gozar de salud integral a lo largo de todo su ciclo vital, es un derecho humano universal consagrado por el sistema internacional de derechos humanos. La salud integral, por su parte, no es un hecho meramente biológico, sino que responde más bien a factores biopsicosociales, y depende del lugar que las mujeres ocupan en la sociedad y lo que se ha llamado determinantes sociales de la salud, de su capacidad de acceder a los recursos materiales y simbólicos para vivir una vida digna, con igualdad de oportunidades, exenta de violencias. que incluya pero no se reduzca solo a la salud sexual y reproductiva. Por eso desde IU queremos señalar cómo las diferencias de género y de clase influyen directamente en nuestra salud y reclamar medidas para corregir esta situación.

No solo la situación de vida de las mujeres con dificultades para desarrollar su proyecto vital plenamente, su sobrecarga de cuidados, las dobles y triples jornadas afectan a la salud de las mujeres generando estrés crónico e incremento de problemas músculo-esqueléticos entre otros.

Sino que además la medicina ha utilizado como modelo, el cuerpo masculino, que como el género gramatical, representaba al universal humano, sin tener en cuenta las diferencias de sexo (biológicas) y, aún más, de género (sociales). Esto hace que a pesar de los esfuerzos de científicas para visibilizar diferencias como en el caso del infarto, persisten sesgos de género en salud cuando se trata las enfermedades que afectan a las mujeres teniendo como modelo único y referencia al hombre, ignorando la biología femenina; o cuando no se tiene en cuenta la situación de las mujeres en las causas de la enfermedad, y sobre todo cuando los protocolos sanitarios invisibilizan enfermedades de las mujeres, psicologizando las patologías físicas,  y al mismo tiempo sobredimensiona, medicaliza la desigualdad y el estrés social crónico que afecta a las mujeres y a sus condiciones concretas de vida, proliferando la prescripción de psicofármacos.

Elemento que se evidencia claramente entre las mujeres cuidadoras de personas dependientes ya que su  prescripción de fármacos para la depresión, la ansiedad y el insomnio es hasta 3 veces mayor que en el resto de la población. Por eso necesitamos desarrollar recursos de respiro para incidir y mejorar la salud, como una estrategia fundamental en la atención comunitaria y actuar sobre las causas y no solo sobre los síntomas. 

Pero también la fibromialgia es un ejemplo paradigmático de estos sesgos de género. La fibromialgia afecta al 2,4% de la población –a más de 1 millón de personas–, a pesar de que estudios europeos recientes, indican que el porcentaje de afectados podría ser más alto (entre 3 y 4 personas de cada 100) y donde las mujeres representan el 85% de las personas afectadas. Una enfermedad poco reconocida, de difícil diagnóstico y sin cura que requiere de más investigación por su carácter invalidante. Por eso desde IU exigimos que se impulse la investigación de enfermedades invisibilizadas que afectan a las mujeres, tales como la fibromialgia, así como la necesidad de garantizar la aplicación de protocolos sanitarios dirigidos a mejorar la calidad de vida de las pacientes desde una perspectiva multidisciplinar e impulsar campañas de concienciación sobre las características de la enfermedad y la necesidad de comprensión social hacia quienes la padecen.

Para que se contemple nuestra salud desde un enfoque integral se debe incorporar la dimensión bio-psico-social no solo desde una perspectiva medicalizada. Necesitamos disponer de la información necesaria para tomar decisiones sobre nuestros cuerpos e impulsar la investigación médica desde un enfoque no androcéntrico, que ponga las necesidades de las mujeres entre sus objetivos. Así como actuar de forma decidida contra las situaciones de riesgo psicosocial para prevenir el desarrollo de enfermedades, actuando en sus causas.

Y es que a pesar de que la ley igualdad, la ley de ciencia o la  ley de investigación obligan por normativa  legal a que  se investigue  en ambos  sexos, es algo que aún se mantiene y provoca retraso o errores diagnósticos. Algo que se traslada también al proceso de enseñanza-aprendizaje durante la formación universitaria y que debe revertirse, o a los servicios de prevención de riesgos laborales donde la mayoría  de  los parámetros  de  tóxicos no están  divididos por  sexo,  provocando que siga  habiendo mayor afección en  mujeres.   

Y aunque entendemos la salud de la mujer como algo integral no podemos dejar de denunciar el incumplimiento de la Ley del Aborto de 2010, que reconoce «a todas las mujeres por igual el acceso a la prestación, con independencia del lugar donde residan». Miles de mujeres que deciden interrumpir voluntariamente su embarazo son obligadas cada año a desplazarse a otra provincia e incluso cambiar de comunidad autónoma debido a que los servicios de salud no llevan a cabo esta práctica sanitaria en los lugares en los que viven. Una discriminación geográfica que se da de diferentes formas y a la que la opacidad institucional dificulta poner cifras exactas, pero que constituye uno de los obstáculos del acceso al aborto en nuestro país incluso más de diez años después de la puesta en marcha de la Ley del Aborto. 

Necesitamos revisar los procedimientos utilizados relacionados con la salud sexual y reproductiva para corregir la violencia obstétrica, atender eficazmente la endometriosis, histerectomías totales y garantizar el acceso a una salud integral en este ámbito y dentro de los servicios públicos de salud que incluya la rehabilitación del suelo pélvico.

Desde IU exigimos incorporar la perspectiva de género en la salud y en el sistema sanitario en el que se realice un diagnóstico que identifique los sesgos de género existentes, las desigualdades presentes y las medidas encaminadas a revertirlos.

La salud de las mujeres sigue siendo una asignatura pendiente y un paso imprescindible para transformar la sociedad y construir igualdad.